Seguramente todo el que vive en España ha visto los kioscos de lotería con el cartel ONCE en mayúsculas. Muchos saben que están gestionados por la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). Pero lo que la mayoría de gente no sabe es que la ONCE es mucho más que una organización de ayuda a personas con discapacidad visual. ¡Además, el Grupo Social ONCE es el mayor empleador de personas con discapacidad del mundo!
Para conocer mejor esta organización, concerté una reunión con el director de una de sus agencias, uno de los más de 71.000 afiliados a la organización y una de sus más de 20.000 agentes vendedores que nos encontramos todos los días en las calles, plazas, y kioscos de la ONCE de todo el país. Debo admitir que salí de las reuniones con un enorme respeto por lo que la organización ha logrado y continúa logrando. Después de haber leído este artículo, espero que ustedes también compren boletos de la ONCE, no para ganar, sino para ayudar a esta extraordinaria organización.
De usuario a director ejecutivo
Francisco Javier Gómez Molina (36)
“En la ONCE trabajan actualmente más de 20.000 vendedores de nuestros juegos de lotería en España, pero ojalá fuéramos aún más para que más personas con discapacidad que hoy están en paro pudieran mantenerse a sí mismos y a sus familias”
La historia de Javi
Francisco Javier, o Javi como le llaman sus amigos y compañeros, era ciego cuando nació. tenía un año, sus padres le dieron de alta como afiliado a la ONCE en su municipio natal, Vélez-Málaga, para que recibiera apoyo escolar y el material necesario para poder estudiar en igualdad de condiciones que los demás estudiantes. Después de la primaria y la secundaria, Javi estudió derecho en Málaga y París y se hizo abogado de formación.
– Antes del COVID yo daba clases, algo que era imposible continuar durante la pandemia. Se cortó todo contacto y estuvimos encerrados durante varios meses. La pandemia me dio tiempo para reflexionar y pensé que, si no regresaba pronto al mercado laboral, ¿quién sabía cuándo sucedería? Empecé como vendedor de cupones en la ONCE en Vélez-Málaga en febrero de 2021. Fue un tipo de experiencia completamente nueva para mí, pero todo lo que se aprende en la vida a nivel profesional y personal, se puede aprovechar en este trabajo.
Dos años después, en febrero de 2023, la ONCE contrató a Javi como director ejecutivo de los 80 empleados y los aproximadamente 130 afiliados de la oficina distrital que presta servicios en Ronda y 30 pueblos de La Serranía de Ronda.
– Sin duda la ONCE ha marcado mi vida, desde que recibí ayuda cuando era niño hasta que hoy es mi trabajo. A través del trabajo, me he involucrado aún más en la organización con la ejecución de servicios que ayudan a todos nuestros afiliados.
Única en el mundo
La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) nació el 13 de diciembre de 1938 durante la Guerra Civil Española. Fue fundada por un grupo de asociaciones más pequeñas para ciegos cuyos miembros querían poder trabajar sin depender de limosnas y caridad.
La primera lotería se sorteó el 8 de mayo de 1939. Según Javi, el objetivo original sigue siendo incluir a las personas ciegas y con discapacidad visual en la sociedad a través de algo tan sencillo como la venta de lotería.
– El desarrollo ha sido enorme desde los primeros billetes de lotería de tres cifras hasta todas las diferentes loterías que tenemos hoy. Al mismo tiempo, la ONCE ha crecido enormemente y el modelo organizativo nos hace únicos en el mundo. Somos una organización independiente sin fines de lucro que se financia exclusivamente mediante ventas de lotería. Todo sucede con el conocimiento y consentimiento del gobierno español, y todos los vendedores son empleados y forman parte del sistema de seguridad social español. La ONCE comercializa juegos seguros, sociales y responsables porque pasan por verificaciones externas que garantizan la legalidad y transparencia de los sorteos, porque no se vende lotería a menores de edad y porque todos los ingresos por ventas de lotería que no se destinan a sueldos y premios se reinvierten en la obra social de la organización.
Hoy en día, la ONCE cuenta con 135 oficinas distritales que se coordinan desde la sede en Madrid. A partir de una única organización se han creado diversas fundaciones que, entre otras cosas, proporcionan formación y equipamiento a personas con discapacidad y ayudan en la formación laboral y el empleo en empresas internas y externas que contratan a personas con discapacidad. La ONCE también ha creado una fundación para sordociegos, una fundación de ayuda mutua para los ciegos de América Latina, una fundación del perro guía y este año han puesto en marcha una fundación para la baja visión.
– Los afiliados a la ONCE pueden ser 100 % ciegos, tener una discapacidad visual grave u otra discapacidad. Pueden ser adultos, niños, empleados o desempleados. La asistencia de la entidad abarca desde ayuda psicológica, trabajadores sociales y técnicos de rehabilitación hasta servicios de perros guía o formación en el uso de ordenadores con pantallas especiales. Por otro lado, para las personas con otras discapacidades o personas que han resultado incapacitadas como consecuencia de un accidente de trabajo y necesitan ayuda para acostumbrarse a su nueva situación de vida, pueden acudir a la organización para la búsqueda de empleo.
De cristalero a bastón blanco
Juan Jesús Barragán Jiménez (68)
La historia de Juan
Juan trabajó como cristalero durante muchos años antes de comenzar a perder la vista hace más de 20 años. Mientras aún podía distinguir letras, hizo un curso de braille en la ONCE. Hoy, Juan es completamente ciego (3% de visión) y se desplaza por la ciudad con su bastón blanco. Reanudó sus estudios de braille esta primavera y continúa estudiando como afiliado de la ONCE.
-El curso de braille se realiza cada 15 días, y entre clases tenemos un texto que debemos preparar en casa y luego leer en voz alta en la clase. Al principio es difícil, pero cuando te acostumbras al sistema, está bien. El Braille es un sistema de escritura que tiene dos líneas verticales paralelas con tres puntos, y todas las letras, números y signos de puntuación se escriben con estos seis puntos.
Juan admite que tiene suerte porque pudo ver antes de quedarse ciego. En su trabajo como cristalero conocía todas las calles de la ciudad. Esto le ayuda ahora porque puede visualizar adónde debe ir. Pero dice que todos los turistas en el centro de la ciudad se lo ponen “muy, muy, muy difícil”.
– Ahora me resulta imposible caminar por la calle principal sin un acompañante. También necesito ayuda para cruzar el puente con toda la gente. Si voy solo, suelo acabar peleándome con la gente. La mayoría de la gente simplemente se apresuran y no miran a su alrededor en absoluto. Algunos son amables y me toman del brazo y me siguen a través del puente, pero otros ni siquiera se hacen a un lado. Si se quejan porque estoy ‘en su camino’, les digo: ¡Tú puedes ver, pero yo no!
Entre otras cosas, la ONCE le ha obsequiado a Juan su bastón y le ha enseñado a caminar con él por la calle. También le han ayudado con su teléfono móvil y si tiene problemas puede llamar a un técnico especialista en tiflotecnología (tecnologías adaptadas a personas ciegas o con deficiencia visual grave).
– Vienen a ayudarte en casa, pero debes estar preparado para esperar. Es posible que solo vengan aquí una vez al mes o cada dos semanas porque tienen muchos otros lugares a los que también prestan servicios. Me encantaría hacer un curso de informática con la ONCE, pero nunca hay suficientes alumnos apuntados para que un profesor suba aquí para dar el curso. Ronda es un pueblo pequeño, así que si quieres aprender informática para ciegos, debes ir a Málaga donde ofrecen todos los diferentes cursos.
¿Quiénes son los vendedores de la ONCE?
La ONCE siempre ha intentado ser inclusiva y con el tiempo la redacción de la misión de la organización ha ido cambiando de “integradora” a “inclusiva”, explica Javi desde la oficina de la ONCE en Ronda.
– Lo que queremos es inclusión en la sociedad a todos los niveles, dentro y fuera de la organización. La ONCE tiene hoy en día más de 20.000 vendedores en España, pero ojalá fuéramos aún más para que más personas con discapacidad que hoy están en paro pudieran mantenerse a sí mismos y a sus familias.
Los vendedores de lotería de la ONCE reciben el salario mínimo más comisiones y tienen días libres y festivos reglamentarios, pero, como señala Javi, reciben mucho más.
– Cuidamos de nuestros empleados y buscamos la estabilidad para ellos y sus familias. Quizás la persona lleva varios años desempleada y obtiene la satisfacción de poder contribuir, tener estabilidad financiera y volver a llevar dinero a su familia. Pero no se trata sólo de ayuda financiera y práctica. Queremos que nuestros empleados ya no vivan con incertidumbre, lo que significa menos estrés y miedo y un mejor sentido de sí mismos.
Para poder trabajar en la ONCE, el requisito previo es que los solicitantes tengan al menos un 33% de discapacidad (confirmada por un tribunal médico), tal y como exige el sistema nacional de seguridad social. Las personas ciegas, con discapacidad visual grave, otras personas con discapacidad y aquellas que no pueden trabajar a causa de un accidente pueden solicitar un puesto de trabajo en la ONCE si no existe ningún motivo médico que lo impida. Además de cumplir los requisitos sanitarios oficiales, el solicitante deberá realizar la formación de la ONCE y pasar sus exámenes. Después de seis meses de prueba y dos renovaciones anuales, al tercer año consiguen un puesto permanente.
Los vendedores recogen sus cupones de lotería una vez por semana y suelen tener sus lugares fijos donde venden los cupones. Son varios los juegos de lotería que la ONCE comercializa, los cuales se pueden vender hasta horas antes del sorteo. Los vendedores son responsables de devolver los billetes no vendidos que sean sorteados esa misma tarde (21.30 horas) a través de sus máquinas de lotería para que el sistema no registre los billetes como pendientes o todavía en juego.
La cara de la ONCE en la calle
Vendedora de lotería Ana María López Valiente (49)
La historia de Ana
En 1978, cuando Ana tenía dos años, se cayó en el parque infantil y se golpeó la cabeza. Su madre la llevó al médico, quien le dijo que no había nada de qué preocuparse. Ocho meses después, Ana se despertó un día y no podía caminar ni estar parada. Hasta los 15 años tuvo que ir a Málaga para recibir tratamiento varias veces por semana, pero fue la mujer de un traumatólogo quien finalmente consiguió que volviera a caminar. Veinte años después, Ana era una madre soltera recién divorciada con una hija de 11 años, y los 300 euros que le daba la Junta de Andalucía por concepto de prestaciones mensuales de invalidez no le alcanzaban ni para comer. La ONCE le dio una oportunidad. Hoy Ana trabaja como vendedora desde hace 14 años y es mentora e instructora para nuevos vendedores.
– Soy discapacitada desde pequeña, pero nada me resulta difícil. Hasta mi adolescencia, tenía que caminar con una bota especial y tenía un arnés de metal en la pierna. Algunos niños en la escuela se rieron de mí y dijeron: “Aquí viene la coja”, pero yo simplemente lo dejé entrar por un oído y salir por el otro. Tuve suerte y tuve buenos profesores que lograron que los demás estudiantes dejaran de burlarse de mí. Cuando yo misma me convertí en madre y me divorcié, me preguntaba cómo iba a afrontar la situación. Un amigo me recomendó que empezara a trabajar como vendedora de lotería, pero mis padres no querían que perdiera mis beneficios por incapacidad. Ahora bendicen el día en que comencé a trabajar con la ONCE…
Ana nunca llegó a estudiar enfermería como soñaba cuando era niña, pero con su trabajo permanente, no sólo es independiente, sino que puede ayudar a su familia. ¡También encontró el amor a través de ONCE!
– La central de Madrid me seleccionó como mentor, lo que significa que enseño a futuros vendedores y evalúo si son aptos para el puesto. Mi novio Pedro fue uno de mis alumnos. Nunca había enseñado a una persona ciega, así que tuve que recibir una formación completa para ciegos. Al mismo tiempo aprendí mucho de él. Trabajamos juntos durante tres o cuatro meses antes de convertirnos en pareja y luego me mudé con él. Él me ayuda en casa y yo lo ayudo en el trabajo. Hoy en día existen muchas ayudas para los ciegos, como máquinas que pueden distinguir colores y electrodomésticos de cocina con braille. Me gustaría hacer un curso de braille a través del trabajo. La ONCE también ofrece cursos de inglés y de informática para empleados, además de cursos de gestión. Si quiero, puedo prepararme para ser administrador, pero estoy feliz donde estoy.
Ana tiene muchos clientes fieles y cuando no está en su esquina habitual, la llaman y le preguntan dónde está.
– Cuando era nueva en el trabajo, tenía que inventar algo para aumentar mis ventas, así que me disfrazaba. La gente pensó que era divertido y me compró cupones, y ahora se ha convertido en una tradición. En cada celebración (Navidad, Carnaval, Ronda Romántica, Día del Orgullo, Black Friday y Halloween) me disfrazo y, si no estoy disfrazada, ¡mis clientes se preguntan qué pasa!
A través de su trabajo, Ana se ha convertido en una experta en las personas, ya que los clientes muchas veces le cuentan sus problemas.A través de su trabajo,
-A mucha gente en España le cuesta llegar a fin de mes, pero casi todo el mundo puede comprarse un billete de lotería por un par de euros, lo que les da esperanza. El premio más grande que alguna vez di fue de 20.000 €. Pero la mejor fue cuando le di un premio a un cliente que dijo que le había salvado la vida. Explicó que no tenía dinero para pagarle al dentista, pero que con los 600€ que había ganado podía hacerlo.
Esta vez, no soy sólo yo, la periodista, quien pregunta, porque Ana también quiere ponerme a prueba.
– Tengo una pregunta para ti. ¿Cómo distinguen los vendedores ciegos un billete de otro?, pregunta.
– ¿Palpando?
– Ponen el billete entre dos dedos. Por el tamaño saben si son 5, 10 o 20 euros. Identifican las monedas por su grosor y borde. Una persona ciega también puede aprender la diferencia entre todos nuestros cupones de lotería y saber la fecha de vencimiento, etc. Los cupones están gravados con el día y la fecha, donde por ejemplo L significa Lunes etc.
Ana explica que, aunque parezca que algunos vendedores de la ONCE no tienen ningún problema de salud, siempre los tienen. Como ejemplo, tiene un colega que se está quedando ciego debido a la diabetes y otros con problemas de la espalda o del corazón que la gente no puede detectar de inmediato.
– La ONCE es una organización que cambia vidas – por completo. Muchos vendedores hemos pensado que si no consigo trabajo en la ONCE ¿quién me contratará? Somos un equipo que nos apoyamos unos a otros. Tenemos trabajo seguro, estable y digno. ¡Pocos trabajos son tan ideales!
